1- Da un paso hacia atrás y mantén la posición de manera que puedas flexionar tus rodillas 90 grados.
2- Mantén tu cuerpo justo en linea con la rodilla que dejas atrás.
3- Asegúrate que tu rodilla delantera no va por delante de tu pie.
4- Mantén tobillo, rodilla y cadera en una misma línea.
5- Extiende tus rodillas y vuelve a la posición inicial.
6- Puedes volver a alinear tus pies y cambiar de pierna, o no.